Actividades · Kayak y Buceo

Cruzando la cordillera por montañas, ríos y lagos

La desopilante aventura de llevar a cuestas un kayak, atravesando la zona del hielo continental del Pacífico al Atlántico,desde Puerto Edén (Chile) hasta el Puerto Santa Cruz (Argentina)

Leonardo Proverbio

Leonardo Proverbio

Edición: CCAM



El relato de este cruce comienza con el primer viaje a Puerto Edén que hicieron Leonardo Proverbio (Cuny) y Sergio Camacho Villalobos en Septiembre de 1999.  Por esos tiempos Cuny tenía 19 años y Sergio 28 años. El segundo viaje con el que se  logró cruzar,  fue hecho por Cuny y Roberto Trinchero en Septiembre de 2016.

Leonardo Proverbio (Cunny) y Roberto Trinchero en Kayak durante la expedición 2016


Primer Viaje, Septiembre de 1999

Una de las mayores habilidades del humano es la de intercambiar mucha información a través de comunicarnos de tantos modos diferentes hablándonos, escribiéndonos y mostrando fotos como en este caso, pero viviendo el mundo real por nosotros mismos siempre supera a cualquier película que imaginemos, si queres escalar una montaña transformar esa fantasía en realidad es la clave, intentarlo es el mayor aprendizaje para saber cómo hacerlo mejor. Gracias a las enseñanzas y voluntad de otros logramos que sea posible.

La historia comienza con Sergio y un delirio de algo en kayak que había visto en un programa de TV español llamado “Al Filo de lo Imposible”. Me dijo: que íbamos a cruzar el kayak por el Campo de Hielo Patagónico, a mí me llevaba un pescador chileno hasta la base de un bosque y ahí nos encontrábamos, sin preguntar mucho dije VAMO.

Roberto Trinchero al comienzo de la travesía, Puerto Edén, Chile


Casi 20 años atrás las pasarelas de Puerto Edén son iguales a las de ahora, las pasarelas son las calles del pueblo no hay autos solo barcos de madera pintados de amarillo. Además en nuestra estadía acompañamos a Juan Bilbo en sus trabajos como bucear mariscos, pescar robalos, trampas de centollas y cortar leña prácticamente para sobrevivir siendo una zona de mucha precipitación, viento e incluso fríos capaces de congelar el agua salada de los fiordos algunos centímetros.

Comimos chogas en todas sus formas, ya que era lo que más se comía y un día en el que fuimos a pescar juntamos de todo para un curanto a la hoya.

Sergio sobre el puente de los pescadores carga el kayak para luego en la orilla comenzar su remada de 120 km hacia adentro del fiordo Exmouth lugar donde nos encontraríamos para armar el campamento con nylon y quedarnos 1 mes esperando para cruzar a Chaltén. Si un pronóstico climático que llegará por un teléfono satelital entrar a esas zonas era una aventura que podía durar varios días dependiendo de los antojos del viento.

Fascinado por la transparencia del hielo tenía que subir sobre ese témpano aunque sea con botas de goma, total para Juan sería divertido ver al gringo caer al agua helada. 

Travesía del Pacífico al Atlántico en Kayak, Chile. Expedición 2016

 

Leonardo Proverbio, trekking hasta subir al campo de hielo. Expedición 2016


Con el Capitán Juan Bilbo partimos con un motor de 15 caballos a encontrarnos con el Gallego en algún lugar de los Fiordos que resultaron ser mucho más grandes de los que esperábamos y al estar nublado encontrar un pequeño kayak era una aguja en un pajar. Llegamos a las cercanías del Glaciar Pío XI donde el oleaje y los témpanos nos obligaron a retroceder, siendo así que aprendí que en el mar y la montaña saber esperar es tan importante como ir rápido. Finalmente encontramos a Sergio para volver a Edén donde subimos al cerro Panchote y conocimos a los últimos Kawésqar que en sus infancias habían vivido sin el hombre blanco.

En la primera expedición no teníamos mapas satelitales, GPS, bengala y teléfono satelital, pronósticos climáticos, nuestra experiencia como deportistas tenía grandes bases físicas y motivacionales pero no la mejor toma de decisiones, el salvajismo era la base de todo, a lo largo de los años creo que esa visión de la montaña es la clave, la fuerza está en la motivación del espíritu es saber que la montaña es tu hogar.

Siendo este viaje una gran experiencia en la cual aprendí que estas expediciones no son de montañismo sino de aventura, en un punto no hay manual o técnica que te enseñe a subir por vegetación cerrada, caerte en un pozo de selva, prender un fuego cuando llueve, vivaquear en un agujero del bosque todos mojados, atar con alambre, arreglar con goma y siendo imposible el “liviano y rápido”, además que apuro hay si el simple hecho de estar en este lugar es parte de los que consideramos ser felices. Saber contemplar la naturaleza en cada momento, no pretender que todo sea ya y ahora, dejar que la naturaleza tome su curso y seguir sus tiempos es la clave para no tener un accidente ya sea dentro de los fiordos, la selva, el bosque, glaciares, campo de hielo, lagunas, ríos y lagos cada uno tiene su tiempo, su clima, su forma su momento el no contemplar la naturaleza y solo dejarnos llevar por nuestros profundos pensamientos nos lleva a malas decisiones, aprendí que estos lugares no son hostiles, no son enemigos, sería imposible lograr este cruce sin que la mente esté en paz y armonía con el entorno por el que avanzamos.

Un descanso en la Tundra. Travesía del Pacífico al Atlántico en Kayak, Chile. Expedición 2016


Segunda expedición en el 2016

EL OBJETIVO: Cruzar del Pacífico al Atlántico a través del campo de hielo

DISTANCIA TOTAL RECORRIDA: 748 km

Fiordos 1 (54.6 km)
Fiordos 2 (60 km)
Porteo (6.7 km)
Campo de hielo 1 (27 km)
Campo de hielo 2 (33 km)
Marconi (6 km)
Eléctrico 1 (10 km)
Eléctrico 2 (6 km)
De las vueltas (16 km)
Chalten-Bahía Túnel (18 km)
Viedma 1 (11 km)
Viedma 2 (77 km)
Leona (63 km)
Santa Cruz 1 (79 km)
Santa Cruz 2 (108 km)
Santa Cruz 3 (91 km)
Santa Cruz 4 (56 km)
Mar Argentino (36 km)

Ruta seguida en kayak desde Puerto Edén (Chile) hasta Puerto Santa Cruz (Argentina)

 

Cargando el Kayak a través del bolsque y la selva. Travesía del Pacífico al Atlántico en Kayak, Chile. Expedición 2016


En realidad yo no sé nada de kayak, había realizado el curso de rescate en ríos de aguas blancas y guía de rafting, así que 2 meses antes de la expedición Marcelo Hostar comenzó a enseñarme a remar hasta que finalmente avanzamos a buen ritmo y hacíamos el roll con el kayak cargado, sumando a esto mucho papeleo y logística.

Comenzando en Puerto Edén remamos por el pacífico 120 km hasta el interior del Fiordo Exmouth, mediante varios porteros subimos las cargas y el kayak hasta el plateau glaciar del campo de hielo, pasamos por el Paso Moreno a 1750 mts, luego bajamos por el Paso Marconi, refugio Fraile, Chaltén y retomamos la navegación pasando por el Lago Viedma,  el Río La Leona, Lago Argentino y el río Santa Cruz hasta el atlántico.

LOS FIORDOS DE CHILE
 

Usamos un kayak doble y dentro de él teníamos alimento para un mes, 6 litros de solvente, carpa grande, bolsas de dormir, ropa de montaña, equipos de ski de travesía, equipos de transito glaciar, palas, serrucho y tantas cosas llegando a casi 100 kilos de carga al inicio del viaje, sumando a eso los 160 kilos de 2 personas iniciamos con 260 kilos dudando si el kayak avanzaría o se hundiría.
 

Luego de verificar todos los papeles y permisos pertinentes descansamos una noche en un hostel de Edén y muy temprano comenzamos a remar.   
 

Los 120 km los realizamos en 2 días pero en el medio quedamos parados 2 días más, se puso interesante una día por la mañana cuando nos vimos obligados a dar la vuelta para retornar al campamento, olas de 2 mts con rebotes en las paredes laterales con 30 o 40 nudos de viento, maniobras tan delicadas que una buena o mala remada marcan la diferencia por eso Roberto Trinchero era quien dirigía el timón del kayak, las maniobras de giros y yo escuchaba lo que me decía, remaba hacia adelante o algo lateral y cada tanto algún manotazo casi instintivo.
 

Pasamos por el Glaciar Pío XI lo cual nos llenó de motivación y esperanza ya que vimos la zona glaciar, además de ser este punto una zona de témpanos y baja profundidad, pero sin novedades o contratiempos pasamos dentro del fiordo Exmouth llegando tarde, cansados y con frio para decidir el armado del campamento, fue así que a la 1 de la noche cuando subió la marea tuvimos que desarmar la carpa y armar un campamento en el bosque que por suerte quedo bien montado y lo usamos durante un par de días más.

Subiendo el Kayak. Travesía del Pacífico al Atlántico en Kayak, Chile. Expedición 2016

 

Travesía del Pacífico al Atlántico en Kayak, Chile. Expedición 2016


LAS SELVA, EL BOSQUE Y LA TUNDRA
 

Con una mochila para los 2 y lo necesario para una jornada de trekking dejamos el Pacífico y comenzamos a caminar hasta subir al campo de hielo para hacer un reconocimiento de por dónde y cómo subir el kayak. Algo perdidos fuimos avanzando hacia arriba hasta llegar a terreno de roca y nieve, donde reconocimos la mejor entrada al campo de hielo sin necesidad de atravesar fuertes pendientes o terrenos llenos de grietas. En la bajada cansados por la larga jornada de remo, cambio de carpa, madrugada y caminata nos perdimos a 600 mts de la carpa muy cerca de la costa, en la oscuridad con la potente linterna solo veíamos acantilados de selva así que nos vimos obligados a vivaquear sin bolsas de dormir, nos metimos pasto seco bajo la ropa, prendimos fuego y pasamos la noche. Al otro día caminamos 20 minutos y llegamos a la carpa, cansados comimos y dormimos todo el día.
 

Con nuevas fuerzas retomamos los porteos usando sistemas de poleas o arrastre a lo bruto para ir lentamente subiendo el kayak por etapas, entre los ascensos del kayak subíamos mochilas con las cosas menos necesarias como remos, chalecos, cubre cockpit, grampones, piquetas, combustible, comida para el hielo. Dejamos algún nylon atados como marcas para no perdernos, que luego quitamos para no dejar basura. Fuimos afortunados ya que el invierno seco no trajo lluvias fuertes en la selva, pero esta falta de precipitaciones haría más difícil el tramo final

Roberto Trinchero. Travesía del Pacífico al Atlántico en Kayak, Chile. Expedición 2016

 

Con el Kayak en la nieve para ingresar en el Campo de Hielo.
Travesía del Pacífico al Atlántico en Kayak, Chile. Expedición 2016


LA ROCA Y LA NIEVE
 

Logramos dejar el kayak en la nieve para llegar a la zona de terreno plano del Campo de Hielo aún era necesario ascender una canaleta de 400 mts y 40-50° de nieve luego bajar un corto tramo y entre grietas ganar pendiente hasta donde fuera posible comenzar el arrastre del kayak.
Desarmamos el campamento junto al mar y subimos definitivamente al terreno de montaña más expuestos al viento armamos un refuerzo de rocas entorno a la carpa y comenzamos a recibir los pronósticos climáticos provenientes de el Paso Mariano Moreno. Subimos primero un porteo de mochilas, luego el kayak que dejamos marcado y anclado para que no lo vuele el viento o lo tape la nieve. Así a la espera de la racha como si fuera un pegue al Fitz el viento nos dejó una ventana, un día bueno, uno malo y 2 buenos. Muy temprano como siempre desarmamos la carpa nos disfrazamos de montañistas y llegamos al kayak que previamente habíamos encerado con 500 grs. de parafina para facilitar su deslizamiento.

Subiendo el Kayak en la última canaleta antes del Campo de Hielo.

Travesía del Pacífico al Atlántico en Kayak, Chile. Expedición 2016

 

Kayak preparado para la travesía por el Campo de Hielo.

Travesía del Pacífico al Atlántico en Kayak, Chile. Expedición 2016


EL CAMPO DE HIELO Y EL PASO MARCONI
 

Casi con las primeras luces dejamos un rato de sufrir tanto y rodeados de cientos de montañas nos dimos cuenta que el kayak realmente deslizaba, ya habíamos aprendido que nada iba a ser fácil todo en la Patagonia es más grande o está más lejos de lo que imaginas, pero era posible, si fue posible subir todo por la selva era posible cruzar el campo de hielo.
 

El primer día fuimos en dirección NE 30 km, viendo nuevas e inexploradas montañas, hasta llegar a la base del cerro Kolliker donde con serrucho y pala preparamos la carpa, siendo rápido, organizado y con buena nieve en 1 hora es posible tener la carpa lista con casi 1,80 mts de altura de bloques de nieve.
 

El día siguiente fue nublado, ventoso y cayeron 20 cm de nieve, además estábamos cansados ya que el día anterior había comenzado temprano nos fue útil comer, tomar y descansar la espalda.
 

El tercer día en el campo de hielo creímos que iba a ser más sencillo pero ascender los 450 mts de desnivel hasta el Paso Moreno y llegar hasta las rocas a la derecha de la entrada del Paso Marconi nos llevó varias horas así fue que armamos la carpa casi a las 20 hs. En el medio de este itinerario vi por detrás de una línea de nieve las cumbres del Fitz y el Torre apenas asomando ese fue el momento en el que sentí por primera vez saber más o menos donde estábamos, como una sensación de estar salvados, en el peor de los casos dejamos todo y en un dia en el Refugio Gorra Blanca.
 

Ya casi sin comida desayunamos polenta con chocolino y comenzamos la bajada hacia el Glaciar Marconi una vez en la zona más estrecha realizamos 2 rappeles de 60 mts hasta dejar en kayak en terreno plano y lejos de la caída de bloques de hielo. Armamos una mochila de porteo y salimos en botas de goma para Chaltén ya que solo nos quedaba una bolsita de liofilizado que comimos al terminar el sendero de la laguna del Eléctrico.
 

En Chalten pasamos 3 días descansando y sumando kilos en el Restaurante Parrilla el Muro de Claudio Andrade, vecino de la infancia en Bariloche. Luego retomamos la subida a Marconi para bajar el kayak en compañía de Marcelo Hostar que quería navegar el Eléctrico y los Gendarmes Diego Montenegro,  Marco Olguín y yo terminamos de bajar las mochilas y gracias a su ayuda en lugar de bajar con 50 kilos bajamos con 17 kilos cada uno.

Leonardo Proverbio en el Campo de Hielo junto al Kayak

Travesía del Pacífico al Atlántico en Kayak, Chile. Expedición 2016

 

Campamento durante la Travesía del Pacífico al Atlántico en Kayak, Chile. Expedición 2016

 

Roberto Trinchero y Leonardo Proverbio en el Campo de Hielo junto al Kayak

Travesía del Pacífico al Atlántico en Kayak, Chile. Expedición 2016


LAGUNAS, RÍOS Y LAGOS
 

La bajada del kayak por el hielo de ablación fue fácil solo algunos tramos de piedras y morrenas complicaban deslizar el kayak así que usamos un carrito con ruedas inflables que subimos desde Chaltén. Una vez en el fin del Glaciar cruzamos la primer laguna y fuimos a dormir al Campamento Eléctrico al otro día navegando y usando las rueditas pasamos el sendero de Piedra del Fraile hasta el Río de las Vueltas que navegamos con mucho cuidado ya que había poca agua y muchas piedras.
 

Retomamos 2 días de descanso con asados, guisos camperos y buena onda en el Restaurante El Muro, juntamos provisiones y comenzamos a remar nuevamente un tramo que realmente es el mayor recorrido en kilómetros de avance.
 

Desde Bahía Túnel comenzamos a remar hasta que el fuerte viento nos arrastró a la costa a solo 10 kilómetros de iniciar la marcha, con algo de viento que venía del glaciar Viedma nos vimos obligados a pasar ese día atrás de unas grandes y antiguas matas de Calafate, desde un terreno estepario casi desértico veíamos las montañas de la cara opuesta a la que caminamos hacia una semana.
 

Algo alertas por estas opciones de viento decidimos comenzar muy temprano a remar el lago Viedma ya que por la mañana algunos días suele estar menos ventoso, con una buena jornada de remada llegamos a la entrada del Rio La Leona y fuimos al parador dormir, por un descuido de dejar el kayak sin atar casi lo perdimos a las 20 horas en la oscuridad se fue solito 500 mts y quedó atascado en un banco de arena por suerte no perdimos nada, esa noche tomamos un vinito para festejar que podíamos seguir remando al otro día.

Fitz Roy y Cerro Torre. Travesía del Pacífico al Atlántico en Kayak, Chile. Expedición 2016

 

Travesía del Pacífico al Atlántico en Kayak, Chile. Expedición 2016

 

Atardecer cruzando el Campo de Hielo junto al Kayak como trineo.

Travesía del Pacífico al Atlántico en Kayak, Chile. Expedición 2016


EL RÍO SANTA CRUZ
 

En teoría íbamos a llegar desde la embocadura del Santa Cruz a Piedra Buena en 2 o 3 días pero la realidad y lo que uno espera no siempre coincide,  ahí en esas diferencias es donde la aventura comienza y comenzamos a adaptarnos a los tiempos de la naturaleza, al ser un invierno seco el río iba bajo y algo lento, poco espesor de agua, algunas rocas de golpe te sacan del aburrimiento y alguna que otra ola llegaba a tener más de un metro.
 

Avanzando veíamos pasar guanacos, ñandúes, ovejas, caballos y estancias abandonadas, un inmenso espacio de cielo. El río es un lugar de pensamiento y meditación, como una vía a la reflexión, con levantar la cabeza podemos ver el sol contemplando lo que nos rodea hasta casi dejar de existir o podemos simplemente mirar el agua dejando crecer nuestros pensamientos, llevarlos a los lugares más profundos de nuestro ser para así entender mejor lo que somos y lo que nos rodea.
 

A cada parada hacíamos un fueguito y bajo el traje seco llegamos a ponernos 3 o 4 capas de abrigo, en el primer día el rio tenía muchas curvas remamos en zigzag casi 75 km lineales, los dos segundos días fueron más rectos y en el medio nos vimos obligados de esperar que el viento amaine, además de sirgar el kayak con cuerdas en algunas riberas.
 

Para la parte final de Piedra Buena a Puerto Santa Cruz esperamos que la marea suba a las 11 de la mañana, con marea bajando y la ayuda del rio llegamos a la desembocadura del santa Cruz donde bancos de arena nos llevaron a arrastrar el kayak por solo algunos metros y luego un tirón corto hasta el fin de nuestra larga expedición de casi 45 días.

Campamento en Campo de Hielo. Travesía del Pacífico al Atlántico en Kayak, Chile. Expedición 2016

 

En la bajada al Paso Marconi. Travesía del Pacífico al Atlántico en Kayak, Chile. Expedición 2016

 

Rapelando el Kayak, Paso Marconi. Travesía del Pacífico al Atlántico en Kayak, Chile. Expedición 2016


CONSEJOS Y RECOMENDACIONES
 

Aprendí que los problemas se auto-expanden, solos cada vez se hacen más grandes o más enredados, como dejar una soga al viento. Es necesaria la voluntad de solucionar los problemas inmediatamente para que en momentos inoportunos no encontremos cabos sueltos.
 

Aprendí a compartir con el compañero las cosas buenas y las malas, si alguien está cansado físicamente es necesario decirlo ya que el cansancio físico se refleja rápidamente en cansancio “cerebral” y mala toma de decisiones o maniobras. Carece de sentido buscar culpas pero es necesario que queden claros los errores para no volver a cometerlos.
 

Me parecería más seguro ir en un equipo de más personas tal vez 3 o 4 en el que cada uno vaya realizando un función y tarea, así cada día la haces mejor, más rápido, más eficiente y segura eso a la larga da más horas de alimentación, sueño y descanso. 
 

El respeto entre las personas de la expedición es fundamental, la capacidad de hablarnos con educación y respetar diferentes opiniones hasta llegar a un acuerdo para luego con total energía y determinación desarrollarlo en equipo, si se falla simplemente se cambia de plan equivocarnos en estos lugares es totalmente normal, pequeñas trampas se esconden prácticamente en cada paso o remada.
 

Llevar suficiente alimento, sistemas de comunicación, kit de reparaciones, un botiquín completo y saber usarlo, mucho nylon ya que es lo único que realmente mantiene las cosas secas dentro de la carpa o el kayak.

Remando en el Río Las Vueltas. Travesía del Pacífico al Atlántico en Kayak, Chile. Expedición 2016

 

Roberto Trinchero remando en el Lago. Travesía del Pacífico al Atlántico en Kayak, Chile. Expedición 2016


Generalidades

El peor día de malabar siempre es mejor que uno de trabajo.

La voluntad es la mayor fuerza, para tener voluntad es necesario ser sinceros con nosotros mismos para saber qué es lo que realmente queremos, todos dicen ser “felices”, yo aun no entiendo que es ser feliz y si ser feliz siempre es realmente posible o una ficción más que algunos logran con el “no pensamiento”, después de todo porque no puede haber días malos y días tristes es imposible que haya siempre sol o sea siempre de día. De un modo u otro no puedo controlar el estado de mi “felicidad” pero si puedo elegir donde estar, puedo tener un mal día en casa, en la calle, en una oficina, un bondi o puedo tener un mal día en un glaciar, en un sendero de trekking, en un centro de ski o en la cima de una gran montaña. Un día en la naturaleza, en la montaña, en el lago, el río, el mar o donde desees estar siempre es mejor que estar por estar donde nada hay que hacer y perder ese poco tiempo que tenemos en esta vida.

Si haces lo posible con la mayor fuerza de tu voluntad, con la certeza de que lo que haces es lo correcto, que cada paso que des va en la dirección correcta, todos serán tus amigos ya que siguen un mismo camino y en ese camino contemplando lo que te rodea la intensidad de vivir será tan poderosa que te demostrara que cada día puede ser único, que no hace falta nada material o valioso para ser feliz, simplemente debes estar en el lugar, el momento y la compañía apropiada. Jamás te mientas a vos mismo, sincera tu mente expande los pensamientos, conoce lo bueno y lo malo que tengas dentro, ya que es parte del todo de lo que tenemos dentro. 

De las montañas he aprendido tantas cosas que no tienen nada que ver con las “técnicas de escalar”. Como puede ser necesario tan poco para vivir, una mochila, un techo, abrigo, agua y comida ver la simpleza de las cosas y lo complicado que se torna “ser parte del sistema”, uno elige vivir entre los hombres o podemos vivir en la naturaleza donde no hay reglas o formas de vivir.

Travesía del Pacífico al Atlántico en Kayak, Chile. Expedición 2016

 

Final de la travesía en Puerto Santa Cruz. Travesía del Pacífico al Atlántico en Kayak, Chile. Expedición 2016


Cuanto más estés en la montaña misteriosamente todo fluye, como ir rio abajo aunque el camino sea más largo la corriente lo hace más veloz, más divertido y lleno de aventuras, aunque el rio Santa Cruz es tranquilo por ser un año seco y estar bajo era necesario ir mirando los pequeños rápidos, algunas olas y de a ratos sirgar sobre la costa por el fuerte viento.

El viento no solo es capaz de volar tus cuerdas infinitas veces en un mismo rappel sino que puede generar grandes olas en los encajonados fiordos de Chile, estos acantilados cambian de corrientes con las mareas generadas por la luna. Una manera de aprender el arte de la paciencia es contemplar con atención el presente, el sonido del mar, el viento en los árboles, el ahora que nos rodea. Así estaremos atentos a rápidos imprevistos o a lentos cambios del clima.

Hay tres tipos de miedos: unos reales, otros de la imaginación o contagiados por otras personas. He llegado a casi perder el control de mi cuerpo por el modo en que temblaba, por cometer errores y entrar en las trampas de la montaña. Otras veces estuve a punto de matarme y casi no fui consciente de lo que paso sintiendo el silbido de una piedra al pasar cerca de mi cabeza o caer por más de 25 metros repentinamente, ya pasadas varias horas al ir a dormir ser consciente de lo que pasó y empezar a tener miedo. Estos miedos pueden ser reales o producto de nuestra mente, pueden durar un segundo o vivir por siempre en nosotros.

Escalando una gran pared es normal tener miedo a las alturas “al patio” pero es el suelo con lo que realmente nos golpeamos, el temor imaginario no nos permite ver la realidad y nos lleva a los verdaderos errores peligrosos. Entender nuestros temores más profundos, ser conscientes de nuestras debilidades físicas, mentales y espirituales nos dan una mejor conciencia de la realidad, de lo que realmente está pasando a nuestro alrededor. Fue así que en este viaje no tome a ninguna fuerza de la naturaleza como enemigos, fui por el mar sin temer a las olas sino contemplando sus formas, entre en la selva cerrada con cuidado de no tropezar, pase horas escuchando el fuerte viento, mirando las nubes cerrarse hasta llover dejando que la fuerza del río sea nuestra aliada. La montaña es un reflejo de lo que ya tenemos por dentro, un espejo.

Vista desde el Kayak. Travesía del Pacífico al Atlántico en Kayak, Chile. Expedición 2016

 

 


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