Actividades · Viajes y expediciones

Un hermoso trekking bajo la magnífica cumbre del Cerro Tronador y sus glaciares

Desde Pampa Linda al refugio Otto Meiling, luego una travesía sobre el glaciar Alerce hasta el refugio Agostino Rocca y desde allí un ascenso al Cerro Constitución, en cuya cumbre encontraron el testimonio, dejado en 1951, por Neumeyer y Montiel Fredes, finalizando la aventura con la travesía a la Laguna Ilón, antes del regreso a Bariloche

Guillermo Almaraz, Escritor y Montañista

Guillermo Almaraz. Martina Cánepa

Edición: CCAM Octubre 2023



La idea de ir a disfrutar los Andes patagónicos algún verano surgió seguramente como un proyecto de los tantos que se barajan en cada reunión de andinistas. Casi como una regla, uno va postergando los “viajes fáciles de concretar”, dándole lugar a aquellos que requieren más compromiso. Será porque uno concluye que lo que es sencillo de organizar, siempre va a estar a mano y prefiere invertir el tiempo, casi siempre escaso, en ascensos o escaladas que más adelante no podremos concretar. 

La historia, entonces, aquí relatada, comenzaría en el ímpetu que le puso Norberto para volver a ese proyecto que tenía como destino ser siempre postergado: hagamos un trekking en la zona de Bariloche este verano.

 

Ubicación del Monte Tronador. Provincia de Río Negro, Argentina

 

Monte Tronador, Cumbres Pico Internacional y Pico Argentino

 

Recorrido circular de 5 jornadas, partiendo de Pampa Linda, pernoctando en los refugios Meiling, Rocca y en Laguna Ilón, cruzando el Gl Alerce y ascendiendo el Co. Con

 

Destino del andinismo

 

Podemos afirmar, sin dudarlo, que la zona por excelencia para desarrollar un recorrido memorable por la montaña argentina es la zona de Bariloche. Refugios, bosques, agua cristalina, lagos y montañas enmarcando todo, transformarán la experiencia en algo que uno recordará toda la vida.

Recuerdo, al igual que todos, los primeros pasos dados por las picadas de Bariloche, el entrar por primera vez en un refugio y mirar de reojo a aquellos “montañeros” que uno apuntaba a emular. Esas vivencias vinculadas generalmente a los primeros años del montañista, quedan registradas para siempre. En mi caso, hacía más de 30 años que no viajaba con el objeto de recorrer alguno de sus senderos de ensueño. 

Volviendo al principio, la idea estaba y había que poner fecha, sería a fines de este enero de 2023, ahora bien, ¿quiénes íbamos? Otra vez fue Norberto quien sugirió ir con nuestras hijas, mejor dicho, él siempre pensó ir con Martina y era una muy buena idea que viniera conmigo Pilar, mi hija. 

 

Bajo los Hielos del Tronador

 

Las montañas de Bariloche 

 

El embajador de Bariloche desde hace 40 años es Toncek Arko, y este es el título de su libro. Fue editado por primera vez en 1981 y en 2021, se publicó una nueva edición, esta vez con la editorial Caleuche. 

Toncek, al presentar la guía afirma que uno de sus objetivos es que 

 

que las personas suban a las montañas, porque en los últimos años, veo que la tendencia es ir a los refugios como destino final y después bajar. Recordemos que los refugios fueron construidos por el Club Andino Bariloche para servir de nexo con la montaña, para que la gente pueda dormir y al día siguiente, ir a las cumbres. Todos los refugios que se construyeron, se hicieron con ese espíritu. 

 

Con esta premisa presente, pensamos un itinerario montañero, debería incluir un par de refugios, bastantes kilómetros de recorrido, alguna cumbre y el cruce de un glaciar. 

Hicimos un grupo de Whatsapp y comenzamos a organizarnos: comida, reserva en los refugios, equipo y otros pormenores.

Finalmente, una mañana temprano partimos de Mar del Plata con intención de llegar a Piedra del Águila, para poder al otro día entrar hasta Pampa Linda antes de las 14 hs, hora en que cambia el sentido del camino de acceso.

 

El Tronador desde Pampa Linda

 

De Pampa Linda al Otto Meiling 

 

Luego de un distendido almuerzo en el Lago Mascardi, llegamos a Pampa Linda. Dejamos las mochilas y decidimos ir al Saltillo de las Nalcas para movernos un poco. Las chicas caminaban adelante y de a poco encontraban temas en común. Prácticamente se habían conocido en este viaje, y como siempre, la montaña las iba uniendo. Más atrás, disfrutábamos el momento los padres, y apurábamos el paso para no quedarnos atrás.

 

Martina, Pilar, Guillermo y Norberto en el Saltillo de las Nalcas

 

Cenamos y dormimos en la hostería y a la mañana comenzamos nuestro recorrido hacia el Otto Meiling. Un sol radiante y los pocos más de 1100 metros de desnivel iban a ser los protagonistas del día. Comenzamos la caminata bajo el fresco bosque de lenga, siguiendo la prolija picada. Almorzamos en la almohadilla y luego comenzamos a sufrir el calor intenso del sol de verano cuando ya no había sombra. 

 

Inicio de la picada al Refugio Otto Meiling

 

Martina y Pilar recorriendo la cómoda picada hacia la Almohadilla

 

La ausencia de vegetacion permite una vista inmejorable del Glaciar Castaño Overa y la cumbre del Tronador

 

Las Montañas de Bariloche_, la guia de Toncek Arco, imprescindible para recorrer estos hermosos paisajes. Libro necesario en la biblioteca de todo andinista

 

A media tarde, llegamos al refugio Otto Meiling y nos sorprendimos con las reformas que posibilitó ampliarlo y dejarlo aún más cómodo. Nos recibieron amablemente y nos instalamos con nuestras bolsas en la parte de arriba. Luego, nos sentamos a tomar unos mates de cara al glaciar, admirando la magnificencia del Tronador. 

 

Llegando al Meiling, nos sorprenden las reformas que lo hacen más cómodo aún

 

Definir divertida la tarde es poco. Cada charla terminaba con una risa, cada comentario iba delineando lo que sería uno de los mejores viajes para cada uno de nosotros. 

 

Atardecer en el refugio, preludio de una noche clara y estrellada

 

El Glaciar Alerce

 

Lo que venía para el segundo día de travesía era uno de los platos fuertes. 

 

A la mañana siguiente partimos del Meiling hacia el Paso de las Nubes, por el glaciar Alerce

 

Cruzaríamos el glaciar Alerce para llegar al Paso de las Nubes y dormir en el Refugio Agostino Rocca. 

Caminamos por la margen del glaciar quebrado hasta la parte que prácticamente es plano y a menos de un kilómetro del refugio. 

 

Comenzamos a cruzar el glaciar por el sector practicamente plano y a menos de un km del refugio

 

La mañana era tranquila y solo una brisa fresca contrarrestaba los rayos del sol que se reflejaban en el hielo. Nos colocamos los crampones, los cascos y nos encordamos para cruzar el glaciar. 

 

En la imagen, Pilar, Martina y Norberto se alinean sobre el glaciar 

 

Sobre el Glaciar Alerce

 

Alineados, avanzábamos solo escuchando el crujido de nuestros pasos clavándose en el hielo. A la izquierda, ladera arriba, se recortaba el filo de La Motte y más allá la Punta Cóndor. A nuestra derecha, caía el glaciar resquebrajado en cientos de grietas. 

 

Grietas cerca del final del glaciar

 

Disfrutamos cada paso de la travesía en un marco impactante. Finalizando el trayecto, cruzamos un tramo con profundas grietas lo que nos garantizó unas buenas fotos para el recuerdo. 

 

Encordados y con el equipo indicado para una travesía segura

 

Glaciar Alerce

 

Salimos del glaciar y otra vez todo el equipo a la mochila. El siguiente tramo discurriría por un filo rocoso con una vista inmejorable al Glaciar Alerce que va quedando atrás.

 

Luego de salir del glaciar continuamos por un filo rocoso hacia la Ventanita

 

Paramos en “la ventanita” para comer algo, y dado que era el segundo día que el almuerzo era mortadela y algo más, nos autodenominamos la “cordada mortadela”. 

 

Justo después de la ventanita unas cadenas protegen uno de los pocos pasos expuestos de la travesía

 

Llegamos unas horas más tarde al Paso de las Nubes donde se yergue el refugio Agostino Rocca. Ubicado a algo más de 1400 metros y construido en dos plantas, fue inaugurado en 2012 y recuerda a quien en vida fue un amante de la Patagonia y sus montañas. 

 

Llegada al refugio Agostino Rocca

 

Alojados en sus cómodas habitaciones con cuchetas, nos dispusimos a continuar con las amenas charlas y los infaltables mates. 

 

Hallazgo en el Cerro Constitución 

 

A la mañana siguiente partimos hacia el Cerro Constitución (1920 m). La senda que seguimos es la picada que nos lleva a Laguna Ilón y la primera parte discurre por un frondoso bosque de lenga. Poco después de una hora, alcanzamos un portezuelo con una vista impactante al Tronador y su glaciar Frías. La picada continuaba hacia el cerro Mar de Piedras y Laguna Ilón, pero nosotros nos desviamos hacia el norte, ya fuera de sendero, buscando la cara oeste del Constitución. El recorrido es cómodo, entre rocas, pero ya sin vegetación. Algunos sectores conservan nieve dura y el derrotero nos llevó hasta un nevero que cruzamos tranquilamente pateando un poco en nieve dura. Finalmente, alcanzamos la cara oeste del cerro, a la vista rocosa y con algo más de gradiente. 

Continuamos el ascenso, siempre bajo el reflejo de los hielos del Glaciar Frías, que resplandecía a nuestras espaldas y luego de un último descanso, encaramos el último tramo hasta la cumbre. 

 

Cumbre del Cerro Constitución

 

En el punto más alto, encontramos un mojón de rocas. El clima continuaba magnífico y protegidos de la brisa fresca que venía del oeste, detrás de unas rocas, improvisamos el almuerzo. Luego de unos mates, volvimos al sector de la cumbre y nos dedicamos a revisar el mojón para ver si encontrábamos un testimonio o libro de cumbre. Pronto encontramos una lata y algunos papeles en su interior, hallando algunos que testimoniaban ascensos de esa misma temporada y algunos pre pandemia. Algo más abajo, y dentro de un salero de vidrio con la tapa totalmente oxidada descubrimos una tarjeta. Con algo de trabajo logramos quitar la tapa o lo que quedaba de ella y para sorpresa nuestra, logramos leer que la tarjeta reseñaba un ascenso del 30 de diciembre de 1951 y su protagonista era ni más ni menos que Juan Javier Neumeyer, socio fundador del Club Andino Bariloche. ¡Que sorpresa! Junto a esta tarjeta estaba la de Juan Carlos Montiel Fredes, vecino de Bariloche y socio activo del club andino desde 1950. En la cumbre misma y con el hallazgo en nuestras manos, charlamos largamente con las chicas sobre los tiempos pioneros del andinismo en la Argentina. 

 

Testimonio del Dr. Juan Javier Neumeyer, fundador del Club Andino Bariloche, hallado en la cumbre del Constitución

 

En la cumbre hallamos el comprobante del tercer ascenso del cerro, protagonizado por Neumeyer y Montiel Fredes en 1951, más de 70 años atrás

 

Una vez en Mar del Plata, investigamos algo sobre este testimonio. El libro de Toncek indicaba que el primer ascenso al Co. Constitución fue realizado por Oscar de Fischer el 6 de febrero de 1893. Concretamente, este ascenso se dio en el marco de las exploraciones de Hans Steffen y es reseñado en su libro “Viajes de exploración y estudio en la Patagonia Occidental 1892-1902”. Relata el autor:

 

El horizonte oriental era limitado por un cerro desnudo y algo aislado, de mucha elevación. Aunque era tarde, la importancia de la cima de este cerro como punto de observación parecía tan grande, que el señor Fischer, que con uno de los peones que había ido adelante, resolvió́ emprender la ascensión. Rendidos de cansancio llegaron, después de una ruda subida sobre campos de nieve y largos trechos de escombros de piedra, cuyas puntas agudas molestaban mucho el caminar, a la cumbre más alta y emprendieron inmediatamente los trabajos del caso. La cima de este cerro, llamado de la Constitución por nosotros, tenía la ventaja de poder ser fijada por visuales a las lejanas cumbres de los cerros Yate, Castillo, Tronador y Puntiagudo; además, su elevación era tan considerable que, además de la región antes descrita, se alcanzó́ a divisar en dirección noreste parte de un lago, cuyas dimensiones indicaban que no podía ser otro que el brazo mayor del Nahuelhuapi.

 

El segundo ascenso se concretó en la Semana Santa de 1947 cuando un grupo de socios del Club Andino Bariloche (J. Frattini, H. Friesen, E. Hernández, A. Lamuniére, O. y H. Jung, E. Mancioli, J. Neumeyer, y A. Vallmitiana) ascienden desde el Brazo Tristeza. 

El tercero fue precisamente el del Dr. Juan Javier Neumeyer y Juan Carlos Montiel Fredes en 1951 y cuyo testimonio teníamos en nuestras manos. 

 

El Monte Tronador y su Glaciar Frías observado desde la cumbre del Cerro Constitución

 

La travesía a Laguna Ilón y regreso a Bariloche

 

La cena en el Rocca será recordada por la buena comida y los brindis por la cumbre. Cada momento compartido era especial y esa noche lo fue. 

 

Cena y brindis en el refugio Agostino Rocca

 

La mañana siguiente nos encontró caminando hacia Ilón. Este día era el más largo de la travesía, 14 km y 900 metros de desnivel acumulado. La primera hora recorrimos el mismo trayecto que habíamos utilizado para aproximarnos al Cerro Constitución. En el portezuelo a 1670 metros torcimos rumbo sur hacia el valle que separa el antes mencionado pico con el cerro Mar de Piedras. La senda, a veces desdibujada entre grandes pedreros, desciende hasta un arroyo tributario del río Alerce, para luego comenzar a ganar altura hacia las laderas del Mar de Piedras. 

 

Rumbo a Laguna Ilón. Se deben superar dos altos portezuelos, uno al sur del Co. Constitución y otro en las laderas del Co. Mar de Piedras. 

 

Cruzando un arroyo tributario del Río Alerce. Atrás se observa la rocosa cara sur del Constitución

 

Saliendo del bosque, continuamos por los grandes bloques del cerro, superando el paso “la marca” punto más alto de esta travesía. Apuramos el paso por un hermoso bosque y finalmente bordeamos la Laguna Ilón por su margen sur, arribando al sector de acampe con solo una idea: meternos en la laguna.

 

Bajo del hielos del Tronador, avanzamos hacia Laguna Ilón

 

Ese merecido chapuzón, con gusto a objetivo logrado, fue el mejor premio para los cuatro. Reconfortante!!!. Esa fue la palabra para describir el choque frío del agua contra nosotros, acalorados por la actividad y la temperatura. 

Entre mates llegó el atardecer de esa última noche en la montaña. El Tronador reflejado en la laguna mostraba sus helados glaciares definiendo el paisaje. 

 

En la zona de acampe de Laguna Ilón

 

Atarceder en Laguna Ilón

 

Para el otro día quedaba solo el descenso a Pampa Linda mediante un trayecto de 8 km, así que nos tomaríamos la mañana para seguir disfrutando de la playa y la laguna. 

 

Desayuno en la playa de la laguna

 

El Tronador enmarca la bella laguna Ilón

 

Esa última noche, comimos unas pizzas en el domo que brinda servicios en Ilón. Charlas y planes delinearon esas horas y solo una gran conclusión: vamos a tener que seguir viajando juntos, ¡La pasamos muy bien!. 

 

 


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| COMENTARIOS(1)


03/10/23 07:33
Martina Canepa:
Espectacular relato de viaje! Hermosa experiencia tal cual la describís. Gracias por tus palabras Guille, no solo en la nota sino también durante la travesía. Un viaje que recordaré siempre!

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