El futuro del turismo sostenible como el ecoturismo, el turismo cultural o el turismo comunitario, dependerá de nuestra capacidad para " transformarlo" adoptando un enfoque donde la responsabilidad colectiva y el compromiso de gobiernos, empresas turísticas y comunidades locales serán fundamentales
El turismo es una de las actividades económicas de mayor crecimiento en el mundo y representa una fuente significativa de ingresos, empleo y desarrollo. Sin embargo, su expansión ha generado efectos negativos especialmente, en el medio ambiente, las comunidades y las economías locales.
El desafío del turismo sostenible radica en encontrar un equilibrio entre el crecimiento económico de la industria turística y la necesidad de proteger el medio ambiente, las comunidades locales y la cultura.
La OMT define el turismo como las actividades que realizan las personas durante sus viajes y estancias en lugares distintos al de su entorno habitual por un período de tiempo consecutivo inferior a un año, con fines de ocio, negocios u otros. Esta definición destaca la diversidad de actividades turísticas y su duración limitada en lugares diferentes al lugar de residencia.
El turismo representa aproximadamente el 8.8%% de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial, y los alojamientos son responsables de 6.37% de estas emisiones
Esto se debe al consumo de energía para la climatización, el desperdicio de agua, la gestión de residuos y otros factores asociados con la hospitalidad.
Lo que se conoce como “turismo de masas”, ha generado impactos negativos tanto para comunidades autóctonas como al entorno medioambiental. Así que abordar este tema a nivel global permite enmendar errores diseñando políticas y ejecutando proyectos renovables y viables para asegurar la sustentabilidad global. Allí es donde el concepto de turismo sostenible empieza a tomar fuerza y se posiciona como una opción.
Según la OMT, los desafíos actuales en la promoción del turismo sostenible y responsable incluyen la gestión de la sobrepoblación turística en destinos, la protección de la biodiversidad, la promoción de prácticas turísticas éticas y la adaptación al cambio climático para minimizar los impactos negativos del turismo.
Teniendo en cuenta que el sector experimenta un tremendo crecimiento, es esencial asumir esfuerzos colectivos para garantizar su sostenibilidad a largo plazo.
Es fundamental esforzarse por promover un desarrollo turístico que apoye, en igual medida, la conservación de la biodiversidad, el bienestar social y la seguridad económica de los países y comunidades de acogida.
El impacto que genera el incremento de visitantes pasó, en poco tiempo, a ser destacable en el paisaje. Por ejemplo, al agrandamiento de las sendas y alteración de los drenajes superficiales, se les suman la contaminación de aguas superficiales, el impacto sonoro y, por supuesto, los riesgos de incendios.
Si se gestiona mal, el turismo puede afectar negativamente a los frágiles ecosistemas montañosos, poner en peligro la biodiversidad, no garantizar que las poblaciones locales se beneficien de los ingresos o incluso amenazar la identidad de las propias comunidades.
Ello implica abordar el problema de la gran cantidad de plástico que genera el sector, lo cual perjudica a la salud de animales, seres humanos y ecosistemas.
Se confirmó que se encuentran residuos de plásticos incluso en zonas remotas, como las cumbres del Himalaya.
Es de suma importancia trabajar para eliminar los productos de plástico de un solo uso en el sector.
El turismo sostenible en las montañas puede contribuir a crear opciones de medios de subsistencia adicionales y sostenibles y a promover la mitigación de la pobreza y la inclusión social, además de la conservación del paisaje y la diversidad biológica. Es una forma de preservar el patrimonio natural, cultural y espiritual, a fin de promover la artesanía y los productos de alto valor de la localidad, además de celebrar muchas prácticas tradicionales como los festivales locales.
El desarrollo sostenible del turismo de montaña también se identificó como un medio para ayudar a difundir los flujos turísticos, hacer frente a la estacionalidad y complementar la oferta turística existente.
El concepto de turismo sostenible es un tema de gran relevancia en la actualidad, especialmente en un mundo en el que la industria turística ha crecido exponencialmente en las últimas décadas. Según la Organización Mundial del Turismo (OMT), organismo internacional creado en 1975, define al turismo sostenible como aquel que tiene plenamente en cuenta las repercusiones actuales y futuras, económicas, sociales y ambientales para satisfacer las necesidades de los visitantes, de la industria, del entorno y de las comunidades anfitrionas. Por lo tanto, guía al sector turístico hacia la búsqueda de un equilibrio adecuado entre las siguientes tres dimensiones para garantizar su sostenibilidad a largo plazo: ambiental, sociocultural, económico.
El turismo sostenible abarca una variedad de modalidades que se adaptan a diferentes tipos de destinos y experiencias.
Algunas de las modalidades más destacadas que se estudian al introducirnos al turismo sostenible incluyen el ecoturismo, el turismo cultural y el turismo comunitario, aunque las tendencias han ido creciendo para incorporar el turismo tradicional y otras modalidades a través de la incorporación de prácticas de sostenibilidad en las operaciones de las empresas.
Esta vertiente pretende poder planificar la oferta turística identificando los activos naturales del territorio, la infraestructura y logística y el cuidado de los ecosistemas.
El turismo sostenible está enfocado en la gestión de los recursos de las comunidades para que satisfagan todas las necesidades económicas y sociales, al tiempo que se respeta la cultura y los procesos ecológicos esenciales, la diversidad biológica y los sistemas de apoyo de la vida.
La búsqueda por parte de los turistas de destinos en los que la preocupación por el medio ambiente sea uno de los atractivos, está creciendo en todo el mundo a un ritmo de 3% anual.
Se centra en la protección de los recursos naturales, que son un elemento fundamental del desarrollo turístico y la reducción de los impactos ambientales negativos. Esto implica la implementación de prácticas ecológicas amigables, como el uso de energías renovables, la gestión sostenible del agua y la reducción de residuos. Además, se fomenta la conservación de la biodiversidad y la promoción de la educación ambiental entre los turistas.
La dimensión ambiental se refiere, a que el impacto del proceso de desarrollo no destruya de manera irreversible la capacidad de carga del ecosistema. El concepto de capacidad de carga lo define el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) como "el máximo número de personas que pueden visitar un lugar al mismo tiempo, sin causar daños físicos, económicos, socioculturales o ambientales, así como un inaceptable descenso de la satisfacción de los visitantes". La cuestión ambiental, se ha convertido en una creciente preocupación mundial por el impacto que provoca en los recursos naturales y por la intensa participación en la que se han involucrado movimientos activistas a favor de la ecología y el medio ambiente. Entre las organizaciones más destacadas podemos reconocer a: Greenpeace, World Wildlife Foundation (WWF), Earth Action, PNUMA, The Nature Conservacy y Rainforest Alliance. Por otro lado, de los avances alcanzados en el tema a nivel internacional, podemos subrayar las reuniones, cumbres y asambleas de la ONU. Un destacado antecedente histórico de este organismo es que fue el primero en llevar a cabo una conferencia científica en 1949 donde se trató específicamente la conservación de los recursos naturales y la forma en que se utilizan los mismos.
La dimensión económica en el turismo sostenible invita a repensar acerca de la desigualdad en la distribución de la riqueza, lo cual nos lleva a la reflexión que mientras un porcentaje de la población accede a una mejor calidad de vida en vivienda el restante está destinado a menor acceso El concepto de sustentabilidad aplicado al modelo de desarrollo económico tiene en cuenta estos conceptos y se proclama a favor de encontrar alternativas facilitadoras para disminuir estos porcentajes en el momento de direccionar políticas y programas económicos. El Estado cumple un rol fundamental, no solo para fomentar el progreso económico, sino también valores de igualdad, equidad, justicia y coherencia social, por esta razón la ONU insiste en dialogar con los gobiernos.
En términos económicos, el turismo sostenible busca generar ingresos de forma equitativa, promoviendo la inclusión de las comunidades locales en la cadena de valor turístico. Esto implica la creación de empleo digno, el impulso de la economía local y la inversión en proyectos que beneficien a la población local. Además, se busca minimizar los impactos negativos, como la explotación laboral o la fuga de divisas. Asegurando unas actividades económicas viables a largo plazo, que reporten a todos los agentes unos beneficios socioeconómicos bien distribuidos.
Desde el punto de vista social, el turismo sostenible promueve la preservación de la cultura y las tradiciones locales, fomentando el respeto hacia las comunidades que reciben a los turistas. Se busca la integración positiva de estas comunidades en la actividad turística.
Respetando la autenticidad sociocultural de las comunidades anfitrionas, conservar sus activos culturales y arquitectónicos y sus valores tradicionales, y contribuir al entendimiento y la tolerancia intercultural.
La actividad turística en Argentina no solo registra una regulación desde el aspecto legal para ordenar su clasificación, sino que, además, incorporo en sus temas de agenda políticas el Plan Federal de Turismo Sustentable que sirvió para ordenar los datos del sector turístico. De esta iniciativa, el sector hotelero puede identificar la demanda por regiones geográficas.
Argentina no es solo un mapa de paisajes asombrosos. Es una red de comunidades, saberes ancestrales, biodiversidad y resistencia.
Desde el corazón de la Patagonia hasta los cerros del noroeste andino, pasando por los esteros del Iberá, las Yungas, la Puna y la costa atlántica, cada rincón guarda oportunidades para practicar un turismo que regenere.
Una de las políticas clave en este desarrollo ha sido el impulso del turismo comunitario, especialmente en pueblos originarios y zonas rurales. Estas experiencias ofrecen a los viajeros una inmersión auténtica en la vida local, mientras generan ingresos directos para las comunidades y fomentan la preservación de tradiciones.
En Argentina, la Ley 25.998 de Turismo Sostenible promueve prácticas responsables entre los operadores turísticos y establece lineamientos claros para la gestión sostenible de los recursos.
Esta legislación abarca desde la promoción del turismo comunitario hasta la regulación de la actividad en áreas protegidas, garantizando que el crecimiento del sector no comprometa la biodiversidad ni degrade los paisajes naturales.
El turismo sostenible representa una oportunidad para transformar positivamente la industria de los viajes a nivel global.
Adoptar estas prácticas configura una muestra de respeto hacia las generaciones venideras para que puedan disfrutar de la belleza y la diversidad de nuestro planeta.
Existen varias leyes argentinas que se refieren al medio ambiente a continuación mencionamos algunas de las principales
Ley General del Ambiente es la ley 25.675 establece los presupuestos mínimos para la preservación, protección y mejoramiento del ambiente y para la utilización racional de los recursos naturales
Ley Nacional de Bosques Nativos es la ley 26.331 establece los presupuestos mínimos de protección ambiental para la conservación, uso sostenible y manejo de los bosques nativos
Ley de Glaciares (Ley 26.639 )establece los presupuestos mínimos para la protección de los glaciares y del ambiente periglacial, con el fin de preservarlos como reservas estratégicas de recursos hídricos.
Ley de Residuos Peligrosos, la ley 24.051 regula la generación, manipulación, transporte tratamiento y disposición final de los residuos peligrosos con el objetivo de prevenir daños al ambiente y la salud humana.
Ley de Educación Ambiental es la ley 25.780 establece los principios y lineamientos para la incorporación de la educación ambiental en los diferentes niveles y modalidades del sistema educativo.
Ley de Conservación de la Fauna Silvestre es la ley 22.421 regula la protección, conservación y aprovechamiento sustentable de la fauna silvestre en Argentina así como el control de su comercio.
Ley Nacional del turismo ley 25.997 en su artículo 1ero último párrafo establece: Objeto. La presente ley tiene por objeto el fomento, el desarrollo la promoción y La regulación de la actividad turística y del recurso turístico mediante la determinación de los mecanismos necesarios para la creación, conservación, protección y aprovechamiento de los recursos y atractivos turísticos nacionales resguardando el desarrollo sostenible y sustentable y la optimización de la calidad, estableciendo los mecanismos de participación y concertación de los sectores públicos y privados en la actividad
Finalmente, y como precepto de rango constitucional en el artículo 41 de la Constitución de la Nación Argentina se establece lo siguiente el artículo 41 todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras y tienen El deber de preservarlo. El daño ambiental generará prioritariamente la obligación de recomponer según lo establezca la ley.
Las autoridades proveerán a la protección de este derecho, a la utilización racional de los recursos naturales, a la preservación del patrimonio natural y cultural y de la diversidad biológica y a la información y educación ambiental.
Un ejemplo de esto es la Comunidad Musquy, una iniciativa de turismo rural comunitario ubicada en el municipio de San José, en los Valles Calchaquíes de Catamarca.
Está conformada por un conjunto de aproximadamente 24 familias distribuidas en ocho pequeños núcleos rurales, quienes trabajan como artesanos, productores locales y emprendedores culturales, que decidieron abrir sus puertas al mundo a través del turismo rural comunitario.
Otro ejemplo es caminar con Guido Vittone.
Aplicar estrategias de comunicación efectivas :Cada gota cuenta, tú puedes hacer la diferencia”.
Usar mensajes que refuercen la familiaridad “en casa no cambias la toalla todos los días, aquí tampoco hace falta.”.
Si bien el camino hacia un turismo 100% sostenible es largo, existen desafíos urgentes como la gestión de residuos, la infraestructura en zonas remotas y la necesidad de educación ambiental tanto para turistas como para residentes.
Sin embargo, la creciente demanda de los viajeros por experiencias éticas y ecológicas representa una gran oportunidad. Según datos del Observatorio de Turismo, más del 60% de los turistas internacionales buscan hoy destinos que se alineen con prácticas sostenibles.
La sostenibilidad en el turismo no solo implica minimizar impactos, sino también maximizar beneficios para las comunidades anfitrionas, fomentando su participación, la educación ambiental y la valorización de su identidad. Para lograrlo, es fundamental el compromiso de todos los actores involucrados: gobiernos, empresas, turistas y comunidades locales.
Por ello, es imprescindible promover políticas públicas que incentiven el turismo responsable, capacitar a los actores del sector en buenas prácticas ambientales y sociales, y fomentar la concientización de los viajeros sobre su rol en la protección del entorno y el respeto por las culturas que visitan. Asimismo, se deben fortalecer las redes de cooperación entre sectores públicos y privados para implementar estrategias efectivas y duraderas.
El futuro del turismo dependerá de nuestra capacidad para transformarlo. Adoptar un enfoque sostenible no es solo una opción, sino una responsabilidad colectiva. La decisión está en nuestras manos: viajar con conciencia, valorar lo auténtico y construir un turismo que deje huellas positivas, esto será clave para alcanzar la Agenda 2030.
De este modo turismo sostenible puede contribuir directa o indirectamente en el cumplimiento de los fijados por los Gobiernos en la Agenda 2030. 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
1 Fin de la pobreza. El desarrollo del turismo sostenible y su incidencia en las comunidades puede ser una buena herramienta para lograr una mejor distribución de la riqueza.
2 Hambre cero. El sector turístico puede estimular la producción agrícola, venta y uso de productos locales.
3 Salud y bienestar. La riqueza generada por el turismo se puede reinvertir en la comunidad anfitriona para mejorar sus servicios sanitarios u otros que garanticen su bienestar.
4 Educación de calidad. Una de las claves para que el turismo prospere de forma estable es la cualificación de sus trabajadores. Por ello, es importante que las sociedades receptoras puedan cualificar al personal.
5 Igualdad de género. El turismo es uno de los sectores con un mayor porcentaje de mujeres empleadas y emprendedoras, según la OMT.
6 Agua limpia y saneamiento. El uso eficiente del agua o la gestión de las aguas residuales es otra clave para poder alcanzar este objetivo, el turismo puede ser un importante actor en el desarrollo de este ODS.
7 Energía asequible y no contaminante. El sector turístico requiere de una demanda energética importante para su desarrollo. Por ello, es un actor clave a la hora de realizar una transición energética hacia las renovables.
8 Trabajo decente y crecimiento económico. Es uno de los objetivos donde el turismo genera un impacto directo: uno de cada 11 trabajos generados en el mundo proviene del turismo. Así lo reconoce la meta 8.9: “Hasta 2030, elaborar y poner en práctica políticas encaminadas a promover un turismo sostenible que cree puestos de trabajo y promueva la cultura y los productos locales”.
9 Industria, innovación e infraestructura. El desarrollo del sector turístico va muy ligado a este objetivo. Por ello, es importante para la OMT que el crecimiento industrial sea sostenible, puesto que impacta de forma directa sobre el medioambiente.
10 Reducción de desigualdades. La OMT concibe el turismo como una herramienta de progreso que sirve para disminuir desigualdades.
11 Ciudades y comunidades sostenibles. “Una ciudad que no está acondicionada para sus ciudadanos, no lo está para recibir turistas”, según la OMT. Es importante esta premisa para lograr alcanzar ciudades más inteligentes y sostenibles. Por ello, el prisma cambia: no son ciudades para turistas, son ciudades amables con sus habitantes.
12 Producción y consumo responsable. La meta 12.B del objetivo 12, es imprescindible para la consecución de este objetivo: “Elaborar y aplicar instrumentos para vigilar los efectos en el desarrollo sostenible, a fin de lograr un turismo sostenible que cree puestos de trabajo y promueva la cultura y los productos locales”.
13 Acción por el clima. Reducir el consumo energético y utilizar energías renovables, son prácticas en las que el turismo sostenible puede jugar un papel clave.
14 Vida submarina. La OMT establece que el turismo debe formar parte de una ordenación integrada de las zonas costeras, ayudando a conservar los ecosistemas marinos. La meta 14.7 de los ODS lo establece de la siguiente forma: “Hasta 2030 aumentar los beneficios económicos que los pequeños estados insulares en desarrollo y los países menos adelantados obtienen del uso sostenible de los recursos marinos, en particular mediante la gestión sostenible de la pesca, la acuicultura y el turismo”.
15 Vida de ecosistemas terrestres. En la misma línea que el anterior punto, el turismo sostenible puede ayudar al respeto de la biodiversidad y la renovación de los recursos que se explotan.
16 Paz justicia e instituciones sólidas. El turismo involucra a millones de personas a lo largo de todo el mundo. La tolerancia y el entendimiento multicultural son piedras angulares de su actividad.
17 Alianza para lograr los objetivos. El sector turístico tiene la capacidad de reforzar asociaciones público-privadas y de involucrar a múltiples actores internacionales.
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