En esta nota, el autor nos describe cómo desde el comienzo de la poesía como arte, la naturaleza y específicamente " la montaña" ha sido "musa inspiradora" de muchos poetas. Además al final nos comparte sus propias creaciones poéticas, inspiradas en su transitar por las montañas de Los Andes
Me ha interesado profundizar acerca de algunos poetas que en los últimos siglos escribieron poesía inspirados por la naturaleza de la montaña. Aquí les comparto lo que me ha motivado a profundizar acerca de ellos y su producción poética :
Es conocida la referencia a la vida de John Ruskin (1819-1900) como constituida por “nubes y montañas”; o, si no conformada, por lo menos, inspirada en tales elementos de la naturaleza.
El poeta, y crítico de arte, británico dedicó gran parte de su obra al estudio y la contemplación de la naturaleza, especialmente las nubes y las montañas, considerándolos manifestaciones de la belleza y el poder divinos, como así también fuentes de inspiración para el arte y la vida humana.
Evidentemente, la figura de la montaña, es constitutiva de una inclinación hacia la producción artística y, en particular, hacia la elaboración poética.
En este sentido, un claro ejemplo de ello es el del suizo Albrecht Von Haller, quien compuso el poema Los Alpes (1732). Este poema de más de 400 versos constituye una obra particular en lo que refiere a la poesía sobre montaña: tanto en su extensión como en su contexto histórico.
Cabe recordar que recién en la modernidad, y especialmente en el siglo XVIII, es cuando se comienza a transitar una relación de acercamiento entre el humano y la montaña en términos exploratorios, científicos, deportivos, etc.
Anteriormente, la montaña era considerada un sitio más de distancia, aislamiento y terror absoluto, que de tránsito curioso.
De esta manera, los Alpes comienzan a considerarse, para el ciudadano europeo, como una manifestación natural en donde la presencia en tal terreno permite el advenimiento de emociones, sentimientos y pensamientos diversos no experimentados en los grandes centros urbanos.
En su obra La montaña y el arte, Eduardo Martínez de Pisón considera el impacto que la naturaleza generó para cierto círculo de poetas.
Es el caso de, por ejemplo, la literatura “lakista”, desarrollada a finales del siglo XVIII y comienzos del XIX, por Robert Southey, Samuel Taylor Coleridge y William Wordsworth –los dos últimos como principales referentes del romanticismo inglés.
La denominación “lakista” proviene de la zona donde estos poetas residían, la cual constituía su manantial de su inspiración: Lake District : con su paisaje montañoso y glaciado con numerosos lagos y picos altos, incluyendo la montaña más alta de Inglaterra “ Scafell pike”. Además de sus lagos alargados, el paisaje incluye páramos, colinas rocosas y costas con acantilados y dunas.
Según Pisón, Coleridge fue un “formidable poeta que ahondó en el misterio, (mientras que) Wordsworth penetró en el sentimiento de la naturaleza con espiritualidad, profundidad de pensamiento y de relación ética, belleza literaria, sentido de pertenencia e inmediatez”.
Se sostiene que Coleridge escribió “un conocido “Himno antes del amanecer, en el valle de Chamonix” de cara al Mont Blanc temible (“visión del espanto”) y silencioso, adaptando un poema de Federica Brun,”.
Por otro lado, también Wordsworth se referirá a esta montaña y “a su poder secreto, expresión de lo sublime”. Y es en estos puntos donde vuelven a reunirse culturalmente los Alpes y los Lagos. Después, según Pisón, “la tradición alpina inglesa reaparecerá con la poesía al Mont Blanc de P. B. Shelley, donde se retienen los elementos de la gran montaña –prados, lagos, bosques, torrentes, cascadas, vientos, tempestad, minerales, tormentas, fieras, hielos y su casi inevitable delirio”.
Por otro lado, Wordsworth habla de la hermandad con la Tierra, y “recomienda escuchar el canto de las aves en vez de leer libros aburridos : “ven hacia la luz de las cosas, /deja a la Naturaleza ser tu maestro”.
Parecería ser que, para Wordsworth, el bosque enseña más que el hombre: “Basta de Ciencia y de Arte; /cierra esas hojas yermas; /ven y tráete un corazón/ que vigile y reciba”. En definitiva, Wordsworth dirá: “La Naturaleza era entonces la soberana de mi corazón”.
Varios casos nos muestran cómo la poesía fue inspirada por la naturaleza de la montaña. Pareciera que allí se permite cierta aura o carácter extático que anima a la producción poética. O quizá sólo serenidad y contemplación armónica que desarrolla alguna iluminación clarificadora y consciente.
En todo caso, se intuye en ese terreno orográfico la alianza del particular con lo Absoluto, de lo determinado con lo Indeterminado, de lo humano con lo Divino.
Esas emociones, sentimientos y pensamientos desenvueltos en tales áreas de la naturaleza permiten acceder al Ser desde una complejidad no acostumbrada, no convencional… Y, posiblemente, por permitir una mayor cercanía con lo Eterno aleccionador (configurándose en un otro y en la completitud de uno al mismo tiempo).
La montaña es símbolo de estimulación a la producción poética. Cabe recordar, también, que la poesía se encontraba vinculada al ambiente religioso en las culturas pre-románicas en Europa, siendo la práctica poética una labor reservada a determinados individuos que debían formarse para tal actividad -de gran importancia- que fijaba los destinos de la comunidad.
En este artículo, voy a compartir también cierta producción poética de mi autoría, producto de mi actividad montañista, de mi vinculación con el ámbito de las montañas. Esto, desde una cierta experiencia particular.
En el año 2023 logré recopilar algunos escritos en modo poético, los cuales, algunos, fueron producidos a partir de ciertas experiencias en distintos lugares de los Andes: sea en los Andes meridionales (Patagonia) como en los Andes centrales.
Esta recopilación titulada Amorfotalitativo fue estructurada en tres partes : “Body egotista”, “Alpinistorro Animal” y “Erotonimia”.
La parte “Alpinistorro Animal” es la relativa a aspectos sobre naturaleza y montaña.
El contenido de tal obra quizá no haga referencia explícita a alguna descripción paisajista o natural, sino más bien expresa emociones, sentimientos o pensamientos como consecuencia de transitar tales terrenos orográficos.
Con total modestia, e invitando a quienquiera a producir poesía sobre montaña, comparto aquí esta producción poética propia :
I
Ovidiano reconocimiento de terreno
Naturaleza constreñida
Deificadamente relatada
La esfera de montaña y la indómita sensación
no expresan una relación de causalidad
sino de implicación
Fundamentación epistemológica
A la mecánica
A la “conciencia social”
A la práctica montañista.
II
Respuesta sobre qué es el montañismo
Bajo misma frecuencia múltiple de las posibles respuestas sobre qué es el arte y qué es la filosofía
El agente que practica estas disciplinas significa lo que ellas son en sus diversas manifestaciones en tales áreas
{Altivez de filósofo y de montañista [oxímoron]}
En sus expresiones más íntimas de libertad, tanto la filosofía como el montañismo exudan: divinidad, disipación, despojo, deriva
Las cuatro “de” = 4D = d¹, d², d³, d⁴.
III
De espaldas a mis recuerdos
Atravesando estribaciones montañosas
Bragada valentía cunde
Brota un elemento consciente de
sazonado cuerpo que merece mi respeto
comprando mis segundos de distracción
Frente al arroyo de deshielo.
IV
Imbuido por la Naturaleza
Siendo absorbido
Me percibo como elemento de su inmanencia
Vivencia natural manifiesta soy
En el Paso Tristen interactué divinamente con los elementos
Bajo zozobra y moqueo
El paso resiste en la cornisa
Equilibrando la veintena de kilos en la espalda
Esa era la manera de presentarse
Bajo aquel delicioso terror
Intercambiamos ceremonialmente impresiones al presentarnos
Luego, la calma se desplegó
Pudiéndome disolver y disipar en un descanso permitido
El montañismo es la acción más revulsiva y herética de la litósfera
Circundar las partes más elevadas de la misma e intentar establecer un nexo con la atmósfera.
V
Con arrostro, adentrándose en la Natura
Con disipación, reconocerse en ella
Vi mi rostro
Reflejado en los omatidos de una abeja
¿El animismo es el lenguaje de lo Natural?
Filosofía y montañismo se unen
En la physis y cosmología
Que la mirada del montañista presenta
Desde cualquier estribación o cumbre
Epicuro también podría ser el padre de la beatus ille, desde su Jardín
La “modestia” montañista de Arne Naess, el último crío.
VI
La salida a la montaña es un beatus ille
Retiro excelente a lo sencillo
Contra la ambición mundana y ajetreada de la urbe
En Quevedo ya encontramos las primeras denuncias medioambientales en “El sermón estoico de censura moral”
La meteorología andina es similar a las emociones humanas
Nunca se sabe qué estado sucede a otro ni por cuánto tiempo.
VII
La montaña no es la revelación
Uno va a la montaña para ser alcanzado por alguna revelación
Árida roca, sublime arista
Mnemotecnia de atávicos movimientos
De respiraciones suprimidas
De necesidades arrinconadas
Su ascendencia se remonta a las piedras de Pirra y Deucalión
Lo abigarrado en roca es el carnaval en montaña, mientras que el abajadero es aquello que siempre intentas descifrar mientras estás ascendiendo
El abismo, el límite de la zona de juego: aquello que te convierte en abiótico.
VIII
La literatura alpina de la época heroica (de oro) se nutría a partir de la novedad
Salvar la estética en la práctica montañista es presentar escenarios novedosos, sean cerros o rutas
Trekk romano (a partir del ritmo del ejército romano)
24km en 5hs con 27 kg de carga en la mochila.
Cada vía, aunque se refiera a una misma montaña, habla de una única y diferenciada montaña
Es decir, una montaña es diferente según la vía por la cual se la recorra
La diferenciación de la montaña en sí misma
El para-sí de la montaña
Diferentes vías de ascenso a un cerro hacen de éste una multiplicidad de cerros
Cada ruta tiene su propio percorrido
Permitiendo brindar diversos aspectos de la identidad del cerro.
IX
El principio de mínima acción
La Naturaleza obra siempre empleando el menor esfuerzo o energía posible para conseguir un fin dado
Eficacia, metabolismo y, en su contención, vaguedad y dandismo
Ley de Parsimonia
Principio de la economía
El cuidado y respeto hacia animales y plantas, adjudicándoles sentimientos y vida, se encuentra, antes que en Rousseau, en Montaigne
X
Acústica de montaña
Óptica de montaña
Olores de montaña
Tacto de montaña
Montañismo filosófico
Montañismo terapéutico
Montañismo reflexivo
Montañismo meditativo
Platón tuvo su Academia
Aristóteles tuvo su Liceo
Metafísica del espacio de la práctica filosófica
Epicuro tuvo su Jardín
Montañista tiene su Montaña
XI
He visto a individuos, en expediciones de montaña, mientras leían a filósofos y románticos, al costado de arroyos y rodeados de cerros -de cinco mil metros- en quebradas andinas: eso es montañismo filosófico
La montaña, con sus diversas manifestaciones, nos permite pensarnos y sentirnos en Modo divino
Confluyendo las contradicciones
Modo daimon
Divinidad heraclítea
XII
Exploramos y abordamos espacios sin senderos ni multitudes
Invisibles a mapas y a rutas establecidas
Descubrir nuevas áreas
Mega pixelando el territorio
Brindándole mayor resolución
La actualización de las montañas corresponde a la sabiduría y al montañismo
Metafísica montañista
Hacer visible lo común no aparente en la montaña
Dar conocimiento de lo que se oculta
Rutas o accidentes geográficos que no figuran en mapas
XIII
Arriba de 7500 m se dice que se actúa en un ambiente sin ética ó, si la hay, bajo una ética de la supervivencia, del egoísmo, del sin mando, de la irregularidad, de la no obediencia, de la autosuficiencia
El montañismo es como la guerra
En ambas prácticas uno se juega el tipo
XIV
Cubrir los poros con granítica roca
Acariciar su relieve con cariño
Fecundidad natural-divina
¿Intento de alcanzar un mayor grado de purificación?
La confrontación física que sufre el montañista en su actividad es una oferta multisensorial de fenómenos conformantes de prístina gracia y de inorgánica mística
¿Hasta qué punto la montaña no es un hábitat natural para las buenas conversaciones?
XV
En aquellas rocas sepultamos nuestros miedos
Y en tal laguna colonizamos mares de luna
Esos levantamientos pétreos sólo son permitidos de ver
Para los curiosos merodeadores de estribaciones montañosas
Amplitud de paisaje y expansión parsimoniosa
Apuntemos nuestras lanzas hacia la constelación más cercana
Volveré a verme dentro de tus ojos
Con sabor paleo en nuestras pieles
XV
La soledad en la montaña
El aislamiento que la convoca
Friedrich Nietzsche la coronaba como virtud
Sebastián Álvaro y Eduardo Martínez de Pisón la comprenden como
Sentimiento de la montaña
XVI
Límite de población humana y vegetación normal
Región de glaciares y nieves eternas
Límite inferior a partir de los 3000 m
Como tú quieras
XVII
Un punto de superficie terrestre en relación a otro
La distancia vertical desde un punto terrestre hacia la superficie del nivel del mar
Una planicie en altura
Una elevación en un terreno
La brisa es un viento suave y apacible que, preferentemente, sopla en zonas costeras desde el mar hacia el continente (durante el día) y en sentido inverso (durante la noche) También existe una brisa que sopla alternativamente desde las laderas o faldeos montañosos hacia los valles intermontanos por la noche (brisa de montaña) y desde estos últimos asciende durante el día hacia las cumbres (brisa del valle)
Soledad aparente
Escucha el sonido del acompañamiento.
Centro cultural Argentino de Montaña 2023