La primera travesía del Himalaya
- por Marcelo Lisnovsky -
Everest, Himalaya del Nepal
En 1963, una expedición Norteamericana, dirigida por Norman G. Dhyrenfurth, logra efectuar la primera travesía del Everest.
La expedición consiguió su primer éxito el 1 de mayo de 1963, cuando James W. Whittaker y el Sherpa Nawang Gombu llegan a la cima del Everest por la ruta del Collado Sur.
Mientras el equipo se repone en le Campamento Base, se decide efectuar un doble ataque a la cumbre, con un grupo por el Collado Sur y otro por la Cresta Oeste.
En la noche del 16 al 17 de mayo, una espantosa tormenta sorprendió al equipo de la Cresta Oeste en el campamento IV Oeste, a 7.650 metros. Dos tiendas de campaña unidas entre sí, con los norteamericanos Auten y Corbet dentro de ellas, y cuatro sherpas, se desprendieron de las cuerdas de sujeción y fueron arrastradas por el Flanco Oeste en dirección al precipicio de la vertiente tibetana (glaciar de Rongbuk). Un torbellino de nieve los salvó de caer en el precipicio. Auten se esforzó por volver al lado de Tom Hornbein y Willi Unsoeld, cuya tienda había aguantado. Todos salieron con vida, pero el Campamento IV era “sólo una ruina” y el ataque había quedado frustrado.
Pero no renunciaron a la empresa. Después de dos días de recuperación, volvieron a avanzar para, luego de restablecer el Campamento IV, colocar a la mayor altura posible otro campamento en vez de los dos anteriormente proyectados. Lo consiguieron el 21 de mayo a la altura de 8.300 metros, o sea, a 548 metros de altura respecto de la cima. El lugar era una “cornisa de 50 centímetros de ancho y 2,50 metros de largo”.Allí se quedaron solos Willi Unsoeld y Tom Hornbein. El tiempo calculado se había mantenido; arriba, en el Campamento VI Sur, se hallaban dispuestos Barry Bishop y Luther Jerstad. El estado del tiempo era bueno; el viento, soportable.
La cordada de la Cresta Oeste se pone en marcha el 22 de mayo a las 7. Su camino resulta más difícil de lo que pensaba; deben desviarse a la Cara Norte del Everest. El “Couloir Hornbein” se convierte en una fisura, la escalada se hace complicada. Sobre el agudo filo de la arista, el viento sopla con toda su violencia. Se ven obligados a quitarse los crampones y las botas exteriores para trepar cuatro largos de cuerda completos “en forma muy expuesta y, por ello, emocionante”, y pronto ven claramente, a gran profundidad y a su derecha, la Cima Sur. Entonces, en la última pendiente de nieve, aparece la bandera americana “brillando bajo los rayos del sol poniente y ondeando vigorosamente en medio de la tormenta”. A las 18:15 pisan juntos el suelo de la cima, después de once horas y quince minutos.
Mientras tanto, Jerstad y Bishop habían partido a las 8 por la ruta del Collado Sur y llegaron a la cima a las 15:30. En la Cresta Oeste no ven rastro alguno de sus esperados compañeros; sus llamadas no obtienen contestación. Poco a poco inician el descenso después de haber descansado un buen rato. Son las 20 horas cuando, a la altura de 8.625 metros, al volver la cabeza y mirar hacia arriba, ven el relampagueo de una linterna de bolsillo. Permanecen dos horas esperando allí hasta que Unsoeld y Hornbein llegan junto a ellos. Antes de que éstos llegasen a la Cima Sur, las huellas apenas eran reconocibles y su linterna de bolsillo se había apagado.
En medio de una noche oscura, sin linterna, sin oxígeno (ya hacía rato que se les había acabado a ambos grupos), intentaron, hasta la medianoche, ir descendiendo paso a paso. Caídas, tambaleos, titubeos. Poco después de la medianoche se acurrucan unos contra otros en el filo de una arista, dispuestos a pasar la noche en el más alto de los vivacs.
Han sobrevivido. “Chomolungma, la ´Diosa Madre´, sonrió clemente y el viento se durmió”.
El 24 de mayo al atardecer, volvían a hallarse todos en el Campamento Base.
Con graves congelaciones en los dedos de los pies, Unsoeld, Bishop y Jerstad tuvieron que ser trasladados a Namche Bazar y de allí transportados en avión a Katmandú. Unsoeld y Bishop perdieron todos los dedos de los pies. Hornbein y Jerstad no quedaron con daños permanentes.
Habían efectuado la primera travesía del Everest, y a la vez, la primera en el Himalaya. Siete años más tarde, su aventura se vería superada por Reinhold Messner, que efectuaría la segunda travesía del Himalaya, en el Nanga Parbat.
Bibliografía:
- Los Techos del Mundo, de Richard Sale y John Cleare.
- Montañas de Nuestra Tierra, de Toni Hiebeler.
- Everest, de Peter Gillman.
- Everest sin oxígeno, de Reinhold Messner.
- Everest en solitario, de Reinhold Messner.
- Enciclopedia de la Montaña, de Juan José Zorrilla.
- Revista National Geographic. Vol. 12, Nº 5. Mayo 2003.
- Revista Desnivel. Nº 163. Junio 2000.
- Revista Desnivel. Nº 198. Mayo 2003.
Fuentes:
Foto 1: http://www.desnivel.es
Foto 2: http://www.mountainsoftravelphotos.com/Everest/Main.html